En el campo de las artes plásticas y visuales existe una voluntad en el proceso de investigación para tratar de codificar la línea convirtiéndola en pictograma de la idea o el poema.
Se gesta o anuda a partir de la idea de que, conocer el mundo, comienza con el reconocimiento del estímulo que recibimos. La plasticidad del entorno sobrepasa nuestra compresión y, a pesar de ello, tratamos de alcanzarla.
La forma se imprime y se narra en la tierna sinapsis. Cada una de las líneas que componen el paisaje se independiza, queda luminosamente aislada en nuestro cerebro, queda retenida y escrutada, definida y dispuesta a toda combinación. El lenguaje nos instruye, y ordena la idea para ser extendida sobre una realidad evidente y consistente en apariencia.
Así la mera y pura abstracción se convierte en significante, estandarte, símbolo compartido bajo el himno colectivo, una imagen definida y nítida, perfilada en la retina, que quiere o trata de decir algo.
El lenguaje plástico descarga el peso de los símbolos e ideas que nos han ido preñando hasta brotar en un espasmo de inmediatez y realidad.
La idea, que se ciñe bajo el legado simbólico, silábico, retenida y retoño, nacida vieja y venida a nueva, a la fuerza, realista, se constituye como materia prima de lo que creemos somos, de lo que hemos entendido o contemplado. La transformación de la idea, del símbolo, del concepto y su naturaleza, constituye una constancia, búsqueda de nuevos lenguajes, obligada sincronía o sincronismo con lo no nacido, con lo que aún está por llegar y reclama sus propias combinaciones. Los lenguajes existentes no comprenden ni comparten la naturaleza de aquello que se dice; nos remiten al concepto antiguo, al pasado gastado de los mismo sonidos y formas que se han anclado en un tiempo improbable, desprovisto de aliento.
Al igual que la lengua trata de quitarse el polvo de otros siglos y sacudirse el sobrante obsoleto, la expresión plástica revisa sus antepasados.
El estudio de la línea se inicia en un espacio abierto donde resignificar elementos anquilosados.
Volvamos a su mínima expresión para retomar el inicio.
Una sola línea contiene infinita información, una sola contiene su propio sentido.
En este proceso de codificación que parte del trazo más simple y primitivo, cada obra es el resultado, convertido en partitura y estructura, pictograma resultante.
COMUNICACIÓN Y DESEO
Las siete láminas que bajo este título se agrupan surgen del impulso comunicativo.
Partiendo de un elemento común, de una imagen o un símbolo que todo ser humano refiere o conoce, se construye la idea, eje sobre el que rota el sistema de codificación de la línea.
Se busca la comprensión del otro tratando de desplegar un plano que, sobre el vacío del papel en blanco, nos permita encontrar la posibilidad de un espacio colectivo donde tejer mensaje o signo, símbolo o señal, paisaje imaginario abierto al plural del relato figurativo.
Mensajes de naúfrago brindando por la compresión tácita bajo la profundidad a la que estamos abocados, lugares comunes que nos sitúan, hilo tendido atravesando las sombras, fina trama que nos conduce, red que nos amplía, densidades convertidas en el acogedor referente, alturas que nos salvan, fuerzas ancladas en el corazón sostenido… son el eco que ha quedado atrapado, frase geométrica, bucle que la existencia nos imprime, y ese plural nos escupe.

Copa y anzuelo, a sorbos bebo, (de esta) profundidad salada.
Emerge con cada burbuja el aliento que renuncia,
despierta el síntoma que se sabe ahogado
en la densidad del silencio que nos colma y cubre
se ancla y sostiene el placer que devora.
46 x 32,5 cm

El instante, crin desbocada por el viento,
viaje enroscado a tu puño, en tu puño se mece.
Fluir requiere atención
46 x 32,5 cm

A pesar de las sombras, la profunda intención de código y encriptado sostiene el fino hilo que nos une o separa.
42 x 29,7 cm

“Porosos y líquidos, el flujo que nos narra y sudamos, se exhala o se amontona,
se mezcla sin forma, solidificando.
Nuestra espesura crece, construcción involuntaria, estrato o detrito,
mientras sujetamos la línea que traza lo que de todo ello comprende,
esculpido duramente, bajo la expresión lineal que espacio y tiempo imponen”
46 x 32,5 cm

Somos seres presuntamente aislados tras las capas de piel y hueso,
tras la viscosidad de un cerebro que nos encierra, nos coagula y nos sostiene,
soporte de lo impreciso.
La información se precipita, rociándonos, quemazón crepitante, luz afilada.
La conductividad de nuestra percepción y su resultado polimorfo
nos convierte en un haz de posibilidades abiertas que se distribuyen,
abanico en el tiempo frágil del ser efímero,
sendas en un espacio imaginado que nos tejen contra el vacío, conectándonos a lo posible.
46 x 32,5 cm

Torre alzada entre las sombras,
madera maciza lejos del miedo
atalaya tallada a golpe de viento,
piel levantada que orbita el recuerdo
de la yaga dulce,
leve instante,
que renace cual enjambre, panal preñado
planeta extraño
del amor profundo.
46 x 32,5 cm

“El límite desgrana el espacio,
bipartición o mitosis.
Nace,
lugar imposible o prohibido,
despierta,
la entraña inevitable, jaula frágil que adolece.
La oscuridad rellena el vacío con su color ausente
y el rigor de los extremos devora el medio camino,
rugido hacia dentro,
fuerza centrípeta absorbiendo el corazón
fagocitado por la propia sombra que redunda
y se relame”
Macramé para el corazón
46 x 32,5 cm
COLOR Y LÓGICAS
El ojo pasea o se desliza, a veces perdiendo la lógica, la dimensión o el plano.
El color cumple ditintas funciones dependiendo del método o sistema que se haya establecido al inicio de la composición. Puede ser el pilar que sustenta todo significado, guía semántica o catálogo, significante que construye, cualidad que acompaña, atributo que completa o detalla el total o lo que se ha aislado.
Bajo el orden previo de la línea codificada, el color da cuerpo al espacio imaginario, acercando o alejando lo que antes fue invisible, sumando o restando volumen, consciente o enloquecido de distancia.
En otras obras el color adquiere un carácter simbólico o toma cuerpo para representar texturas.
El color no deja de ser una pieza del puzle. No busca atenuar la fuerza que despide.

Reorganización del caos. Coincidencias
[Óleo sobre lienzo] 130 x 97 cm

Del vacío al acierto
[Óleo y t. mixta sobre lienzo] 92 x 60 cm
SEMÁNTICA LINGÜÍSTICA ESPACIAL
Los seis dibujos que forman este bloque son o tratan de ser a través de un sistema de codificación, la transcripción literal de palabras, conceptos y/o poemas. Todos ellos se han construido con el diccionario como herramienta para establecer matices o direcciones, para aclarar la trama o su forma. El contenido simbólico relata la carga que el significante ronda.

«La luz se rodea de sombras; abre todas sus puertas»
42 x 29,7 cm

Buscando tu palabra he recorrido,
los ángulos más oscuros de mi arpa,
perdí la fe en la primera batalla
y he barrido
con la escoba de los tiempos,
la esperanza.
Y no queda ilusión
que yazca conmigo en la cama
pues la ilusión que tuve,
duerme bajo tierra sepultada.
Poema de Rezgo Reis
42 x 29,7 cm
